
despliega sus dulces alas
por las finas altitudes.
Anchura en la lontananza.
Arreboles de los besos,
que entre besos y palabras,
y entre palabras y besos
la tarde perlas desgrana.
Amarillean los besos.
Te vas. Seca madrugada.
Estrechez. Quietud. Umbría.
Opaca desesperanza.
Decrepitud en los labios,
besos que en la boca amargan.
Y secas, como un susurro,
sin alcoba, sin almohada,
sin cobertor, sin abrigo,
mueren secas las palabras.
Consuelo Aguayo.
Consuelo, me he permitido añadirte unas hojas secas a tu bonita poesía, espero no te parezca mal. Un saludo y gracias por colaborar. Norberto.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Hola Consuelo!. Leyendo tu poesía se me ha ocurrido pensar en el ocaso de la vida
ResponderEliminarAsí se muere la vida, así se muere el amor cuando se secan las palabras.
Un saludo.