Punto de encuentro de los Profesores Poetas que colaboran habitualmente en el "Cuaderno de Profesores Poetas" editado por el IES "Fco Giner de los Ríos" de Segovia en España.
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jueves, 30 de abril de 2009
El Grial
En las manos
Del Rey,
La iglesia llena,
Todo Camelot
En ella,
Flores mustias
Y corazones
Muertos.
El Grial
Se libra
De las manos
Del Rey
Y se coloca
Sobre su cabeza,
Flotando.
Las canas desaparecen,
El cuerpo despierta,
Vuelve la juventud,
La belleza
A Arturo.
Vuela el Grial
Hacia el centro
Del templo,
En lo alto,
E irradia su poder.
Los rostros,
Los miembros
Del pueblo
Recobran la lozanía,
La fuerza,
El color,
La ilusión.
Lanzarote
Y Ginebra,
Verdes de enfermedad,
Reciben la copa
Que sana sus cuerpos.
Camelot
Ha sido liberado
Del pecado.
El Santo Grial.
Eduardo Martínez-Rico
ANTOLOGÍA POÉTICA EN LA RED
Os mando esta direccion donde podeis escuchar algún poema recitado por el propio autor, (además de la letra).
2522 POEMAS DE AUDIO
314 POEMAS DE VIDEO
miércoles, 29 de abril de 2009
Un cuadro
camufla al caballero.
Viene jineteando,
furioso,
el escudo y la espada
vibrante
dentro de un cuadro
volando espumas.
Es la fuerza,
con el choque
de los cuerpos,
el espejo
de tu deseo,
la imagen
con la que soñaste
a Arturo
antes de conocerlo,
viejo,
cubierto de blanco,
presto para el adulterio.
Eduardo Martínez-Rico
martes, 28 de abril de 2009
domingo, 26 de abril de 2009
EL GRITO DE MUNCH (Tormento e inconformismo)
¿Se trata del reflejo de la angustia personal del pintor o el grito que esconde una crítica social?
La voz quebrada
y no te digo las manos y los ojos,
todo quedó en aquellas pizarras
culpables de tantas horas de su tiempo.
Los años cansados en un frágil esqueleto,
con la memoria doblada hacia el pasado,
hacia esa voz
del rabioso, enjaulado adolescente,
ladrón, dueño del aire y de su espacio.
En el parque
sentada en un banco
le llegan voces de niños
ya no espera ni sueña
sólo escribe
febrero 2008
Sube las escaleras el de los pantalones caídos,
muy caídos,
tanto que le cuesta andar,
comprueba que el calzoncillo sigue ahí,
fiel,
a rayas,
nuevo.
DOS
Perdió el libro de lengua
mejor
para que quiere la lengua
le basta una palabrota y un pearsing
TRES
Cuando llueve no se echa gomina
no sea que le escurra hasta la boca
y no pueda besar en el recreo,
ese día
se deprime
la Lola le comprende
le regala el interior de su falda,
hay que celebrarlo
hoy no hay matemáticas.
haciendo ruido avanza por el aula
todos saben que ha llegado,
el Tiempo se detiene en él,
no piensa,
pero existe.
CINCO
Gaviota, gaviota herida
pregunta, pregunta
nadie responderá.
Horas grises pegado al pupitre
busca el circo
la risa
papeles de colores escritos con otra tinta;
demasiado blanca la tiza,
demasiado blanda la pizarra,
demasiado triste la silla para su mirada lejana,
el aburrimiento le crece como las uñas
tan afilado que hiere hasta doler.
¡qué dolor el lapicero, el libro!
qué dura la silla
no poder volar.
Los que saben
han decidido en consejo de guerra
que no se le va a matar del todo
aunque es culpable de preguntar y de soñar,
Deberá comprarse un cuaderno
escribir hasta envejecer:
“¡Qué gran invento
el libro, la silla, la tiza y la pizarra!
...este es mi circo
no buscaré otros papeles de colores y otra tinta”.
Un chico reza
Tumbado en la arena
Blanca,
Las alas desplegadas,
Se prepara para la batalla.
Abba, Abba, Abba.
Los amigos, los padres,
El demonio,
La novia,
El futuro…
Ve el futuro
Que ora,
En mil imágenes.
Y el pasado,
La señal de la cruz,
El horizonte,
Tras la colina…
Abba, Abba, Abba.
Perdón, gracias,
Valentía,
Fuerza
Y poder cedido.
Por el rostro
Lampiño
Corren las lágrimas,
Sedientos
de alma.
Abba, Abba, Abba.
Sabe lo que espera
De Él
El Dios de todas
Las cosas y los seres,
La cálida
Voz que a veces
Asoma en su vida,
Anhelante, presencia.
Abba, Abba, Abba.
Yo me doy,
Pero no desaparezcas,
No quiero perderte,
Nunca,
Nunca quiero que mi alma
Se separe de ti,
Tras los latigazos,
La cruz
Y la humillación
De la carne viva.
Abba, Abba, Abba.
Ata mi espíritu
A esta arena de desierto.
Jamás volaré,
Aunque mis palabras
irán lejos.
Jesús nació
Para quedarse en la tierra.
Amén, Abba,
Un beso, Padre,
Papá, papá, papá.
Eduardo Martínez-Rico
sábado, 25 de abril de 2009
MEMORIA
se presentan con los tonos violetas del atardecer.
Tienes el sabor del deseo,
y no dejas de perseguirme,
escapo de ti como niña mala,
en confuso llanto,
abriendo los ojos,
respirando hondo,
pero siempre me encuentras
donde ya no estoy
Eres cruel,
llegas a las 7 en punto
y te va a las dos,
a veces regresas a destiempo.
Se que me odias
y yo a ti
Memoria.
ARENA Y AGUA
¿Arena o Agua?
Agua y Arena soy y me disuelvo.
y hasta en el color de mis ojos
hay llanto perfumado de arena y agua
y yo le pido_ así, para mi sola, en un susurro_
a esa lágrima salada de arena y agua:
-déjame volar en la claridad del día,
y no me sigas,
déjame cuando la noche sin luna envuelva mi poema,
no quiero fragancias en mis manos
ni en mi piel revuelos
no quiero tu insistencia.
¿Arena ó Agua?
Agua y Arena soy y me disuelvo.
miércoles, 22 de abril de 2009
La Sonrisa de un Libro
PRESENCIA: Poema de una compañera
Cuando ya me haya ido
haré lo que hoy no puedo
encenderé de luz tus madrugadas,
y en las noches sombrías
que estremezcan tu alma,
te vestiré de ocaso incandescente,
al osado que intente morderte las entrañas.
Cuando yo me haya ido
te besaré desde las nubes grana,
las olas de la playa,
el vuelo de las aves,
la brisa o el rocío,
la noche o las estrellas,
la piel de la manzana
o en cuanta cosa limpia
me nombre tu recuerdo;
y desde mis cenizas
resurgirán rosales
para aromar tu casa.
TRÁNSITO
Si prescindo del tiempo
en los ojos cerrados,
si me siento varado en el frío,
zarandeado por el aire que le
lanza a sus paisajes, cuando flota,
la memoria,
si me río de mí mismo
en sueños tristes
y me lanzo a la mañana
con suicida y positiva actividad
frente al bostezo,
si rebusco entre sus sobras comprensión
y meditando en soledad
os asimilo como bella brevedad,
universal e incomprensible,
si me callo por notar,
en esa forma de asignarme realidad, que simuláis,
que estoy más vivo:
no debierais darme nunca
espaldas frías ni desprecios,
dedicado, como estoy, a ser un ave
migratoria,
en el presente que mastico, a cielo abierto,
con vosotros.
Norberto García Hernanz
martes, 21 de abril de 2009
Vuelas, Arturo
vuelas
y piensas lo mejor
para tu pueblo.
Sabes que es imposible
dar contento
a cada uno,
pero a todos
sí se puede.
Vela el Rey
por la felicidad
de su gente,
pero ¿quién puede sospechar
que el rey está triste?
Unos lo creen sabio,
sin duda,
otros fuerte,
aunque viejo,
y por fin
otros le creen
tonto.
Con una amarga
sonrisa
en la boca.
No es tonto Arturo,
conoce bien quién
le engaña,
conoce la infidelidad
y la traición.
No es débil,
es bueno.
Mira ahora al fondo
del bosque
desde lo alto
de la torre
de su palacio.
Ginebra fornica
con Lanzarote,
el Grial en manos
de ladrones,
sus caballeros
pensando, jugando,
quién le sucederá.
La sabia barba
blanca brilla
un poco hacia la luna.
Un día acaba
y no hay dos iguales,
la jornada que no se prepara
el día antes
sale fallida.
Excálibur le recuerda
que él es el Rey.
Despierta Arturo,
no te duermas,
ten Camelot
en la cabeza,
fuerte.
Nunca nada es perdido
para alguien
noble y grande
como tú.
viernes, 17 de abril de 2009
Inquieto Lanzarote
Lanzarote,
antes del amor.
¿Qué te perturba,
querido?
¿Por qué estás así
cuando el mundo se abre
ante tus labios,
cuando yo te he traído
a mi lecho
para adiestrarme
en tu arte?
¿Qué te inquieta, dios,
cuando para mí
Quitarte la coraza,
es ser tu corazón
y acariciarte fuertemente,
lento en el bronce
de tu pecho,
es el cielo,
Lanzarote?
¿Por qué nervioso,
caballero,
funámbulo de la noche,
plata tersa
en la que se hunde
mi corona,
colgada,
húmeda,
en el fondo del bosque?
Eduardo Martínez-Rico
miércoles, 15 de abril de 2009
Fuente de la que brota
Con el sabor dulce de la mañana,
Vierte sobre mi frente
Chorros que limpien
La tristeza de mis espejos oscuros y sin alma.
Agua que naces con olor a savia nueva
Escarba mas profundo
Para llegar a mi mirada,
Empápame
Hasta que se endurezcan mis alas,
Distrae con tu fluir,
Calmo y sin pausa,
Al duende de las espadas.
Rafael Pérez
El Cuento del Mar
y le susurra al oido,
de un lejano país traido
algo que sonaba a cuento.
Escogió el agua el momento
y el Nenúfar consentido,
a sus mejores amigos
llamó al acontecimiento.
El Sol fue a participar
y se llevó a la Amapola,
linda, guapa y sin pintar.
Le guiñó a una Caracola
que la quiso despertar,
con el sonar de las olas.
Lía
Si alguna coma mal puesta, o algún punto más que falta. perdonen vos a la Maestra, que más que escribir, les canta.
PUBLICACIÓN DEL V CUADERNO DE PROFESORES POETAS
lunes, 13 de abril de 2009
Palmeras en la noche
Sol alto en la duna,
Reliquia del pasado,
Tu figura amaneciendo
Del mar,
Promesa en flor,
Vientre reflejado
En las mareas
De verano…
La luna es sombra
En tu pecho,
Delicado bostezo
Es tu pecho,
Mientras la luz roja
De tu centro
Salta en largas
Trenzas
De deseo.
Descansar a tu lado,
Ritmo desconocido
En la noche de verano,
Acompasada tu voz
En mi interior…
Rola la marea
En tu seno,
Amada, rica melodía,
Esplendor descendente,
Dorado, duro,
Terrible.
Eduardo Martínez-Rico
Habla la yegua
Surgió la espada
Y el lago quedó en calma
Con el hada
Flotando en la superficie
Del mal.
Una espada para un reino,
Un rey para Camelot
Y un caballero
Para la Reina.
Soy la yegua de Ginebra,
Su mejor amiga
Y consejera,
El fruto legendario
De su amor
Por Lancelot.
¿Cuántas veces no habré yo
Puesto mi grupa
Para su recreo,
En lo hondo del camino,
En el fondo del bosque?
Ella grita y Lancelot
Canta el día del éxtasis.
Mascullan placer
Para apoderarse de Camelot,
Pero luego lo abandonan,
Pues adoran a Arturo
Y son sólo sujetos del destino,
Fieles flechas
De un paraíso llamado Camelot.
Eduardo Martínez-Rico
domingo, 12 de abril de 2009
Excálibur
Un hombre, muchos hombres,
Una Reina, una mujer,
Soy un hierro en una piedra,
La ambición, la gloria
Y el poder.
Soy un sexo en un triángulo,
Soy mil caras en la mano.
Del acero del lago estoy forjada,
Tengo doble filo
Y corto por todos
mis lados.
Me sacan en procesión,
Me exhiben en bosques
Y palacios.
Mi color es el azul
Grisáceo,
Tengo poder de trueno
Y puedo sanar
Como un volcán.
Me llamo Excálibur
Y centelleo en la noche.
Tengo fulgores divinos
Y amo a Arturo:
Mi vaina es Ginebra,
La dulce, adúltera
Reina.
Mi primer Caballero
Es Sir Lancelot,
La pureza, la belleza,
La fortaleza.
Mirad cómo me muevo
En la mano
De un hombre noble.
Mirad mi símbolo
Cuando el pueblo me admira.
El pueblo soy yo,
Y yo soy el pueblo,
Porque Camelot nació
De mí, como la prole
Nace del pene.
Excálibur es mi nombre,
Zarandéame,
Pero no me maravilles:
Acabarás trinchado
Como un pavo.
Yo construí la Mesa Redonda,
Soy los brazos y la cabeza
De Arturo;
Su corona
Se hizo con mi metal.
Me llaman Excálibur,
Y soy mujer,
Pero no pienses
Que soy frágil.
Soy temible como la Pandora,
Fuerte y erecto,
Pacífica y terrible.
Empúñame con ganas y deseo,
Guíame por la senda
Del bien y del placer,
Que yo te daré felicidad.
Confía en mí, amor,
Camelot.
Eduardo Martínez-Rico
sábado, 11 de abril de 2009
Llora un lucero
y en el Universo llora un lucero,
una flor se entristeció,
el sol se escondía entero,
y un angelito voló; es su escudero.
Lía
Mi pequeña aportación a la memoria de Corín Tellado. Mi novelista favorita de aquellos años, que a pesar de la vida, defendió el amor como su talismán más preciado.
martes, 7 de abril de 2009
El sueño de Arturo
cuando era joven
y soñaba con una mujer
joven, dura,
de senos tersos
y hocico de miel.
Sueña con Ginebra
cuando aún no había nacido
Ginebra,
llena de gracia,
de vida
y de algo más
que escondía en su pórtico
de acero
y cerveza lleno.
Sabe Arturo
que le está engañando
con el mejor de la mesa,
su querido, su amado
caballero.
Sueña Arturo
con los dos jóvenes
entrelazados
entre gemidos,
cabalgados por la pasión,
sus dedos explorando
los rincones de su cuerpo.
Piensa Arturo
con claridad
qué hacer con la traición,
y sí sabe qué hacer,
libertad para su amada,
libertad para su amado.
No va a perder,
tontamente,
tanta Reina,
tan gran caballero.
No lo va a hacer,
por más que no pueda
cruzar las puertas
su cornamenta
y el jugo regio de su mujer
no pare de fluir
por los cuatro arroyos
de Camelot.
Eduardo Martínez-Rico
Pasando va la Primavera
pintaron malva las violetas,
pusieron las primaveras
versos blancos,
en la pluma de un poeta.
Cantó el gorrión apoyado
su pio en la madreselva,
una azalea curiosa
se enteró,
y deshizo su maleta.
El jazmín quiso despertar
y sacudió la maleza,
un gato se acurrucaba
dormidito,
su cuna la Madre Tierra.
Ya despacito llegó
la camelia fantasiosa,
puso un toque de color
se inclinó,
y besó a la Madre Tierra.
Y llegaron así al final
trinos, flores...
y primaveras.
Lía
7 Abril 2009
domingo, 5 de abril de 2009
SECRETOS DE SILENCIO
(Finalista del VI Certamen Poético "Luna Azul")
El monje recorre los pasillos,
como si fueran infinitos
y ajenos a cualquier deterioro.
El blanco fulgor de su hábito
recibe el sol de domingo, como al nevero la sed.
Todo simula no acabarse,
-errantes las sandalias
en el claustro anónimo y profundo-
y al final,
en el centro-lugar donde nunca hay que escaparse,
porque siempre está contigo,
la latencia se repite
como salmo melancólico sin nombre,
bajo los rayos de luz
del convento en que consistes.
Tuya es la paz que robas al terror,
tuyos los secretos de silencio
que le añades a la calma, de sabor a caramelo,
de esta vida.
Feliz él
si en su clausura lo consigue,
feliz tú, si a cuerpo fiero lo percibes.
Norberto García Hernanz
viernes, 3 de abril de 2009
El hijo de Arturo
mi caballero,
rogad por Arturo
en el momento
de su muerte
Cuando Excálibur
se hunda en su pecho
rogad por él, por mí,
por vos,
por nuestro hijo.
Eres hermoso, Lanzarote,
como una bella hogaza
de pan,
como el fruto prohibido
del mejor huerto.
Me gusta deshojar tu armadura,
acariciar tu muslo
blanco,
tu mirada de consuelo,
el estuche de tu fragancia.
Te he visto pelear,
Sir Lancelot,
y sé cómo lo haces.
Eres brillante
con la espada
y con la lanza,
rápido, brioso,
vibrante.
Lanzarote, poséeme
despacio como aquel día,
el primer mirar,
la verdad inerte
de nuestro amor.
Ponte aquí, mi amor,
que yo te conduzco
a mi pozo delicioso.
Te quiero tener
encima y debajo,
mi caballero,
leal asombro de mi amor.
Eduardo Martínez-Rico
HOJAS SECAS
despliega sus dulces alas
por las finas altitudes.
Anchura en la lontananza.
Arreboles de los besos,
que entre besos y palabras,
y entre palabras y besos
la tarde perlas desgrana.
Amarillean los besos.
Te vas. Seca madrugada.
Estrechez. Quietud. Umbría.
Opaca desesperanza.
Decrepitud en los labios,
besos que en la boca amargan.
Y secas, como un susurro,
sin alcoba, sin almohada,
sin cobertor, sin abrigo,
mueren secas las palabras.
Consuelo Aguayo.