
Torre blanca
mueve, corre ficha.
Torre delgada,
ágil,
atraviesa el tablero.
Brilla los cuadros
blancos y negros,
en el espejo de acero…
Tu melena
nace del horizonte.
Caballo mueve,
caballo come alfil.
Dama recorre
transversal
del tablero.
Dama blanca
brilla blanco.
Dama negra
resplandece mate.
Rey blanco,
desguarnecido,
corona de plata.
Rey negro,
protegido,
corona de encina,
negro, mate.
Ni victoria
ni derrota,
el tedio barre
el tablero.
Seis horas de movimientos,
ni copas ni sotas.
Los hombres, jugadores,
unísono, tiran
sus reyes,
dedos índices.
Fin de partida.
Para vencer
no hace falta
ni ganar,
ni jugar.
Eduardo Martínez-Rico, 2010
Foto de E.M.R.
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