Sólo unos privilegiados
te pudieron disfrutar
en tus comienzos
con alegría a desbordar.
La sociedad quedó impactada
ante tu presencia
colocándote en un lugar
lleno de esencia.
Al principio dos canales
sin existir competencia,
ahora una lucha continua
por aumentar la audiencia.
Toda clase de programas
ofreces a los televidentes,
les requieres el mayor tiempo
siendo muy exigente.
En cualquier momento
acaparas la atención,
un silencio absoluto
para ver la función.
Mª LUISA CALVO MARTÍN
Punto de encuentro de los Profesores Poetas que colaboran habitualmente en el "Cuaderno de Profesores Poetas" editado por el IES "Fco Giner de los Ríos" de Segovia en España.
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- En la sección “ASUNTO” debemos escribir el TÍTULO DE LA POESÍA
- En la parte del MENSAJE escribimos NUESTRA POESÍA (y firma)
- Si queremos que se publique también una foto, la añadimos como ARCHIVO ADJUNTO al email
martes, 23 de noviembre de 2010
domingo, 7 de noviembre de 2010
Mi nombre es Amor

Hay un hilo de lágrima y oro
Que nos separa,
Duquesa.
Oro porque es distante,
Lágrima porque su aroma,
Salado y dulce,
Es cada vez más cercano.
“Prosaico.”
Un hilo,
Mar,
Nos separa,
Lágrima y oro...
“¿Poético?”
He escrito en ese hilo
La historia de tu nombre,
Oh duquesa.
“Qué hermosas son las palabras,
Tu boca,
Cuando no significan nada.
Duque,
De lágrima y oro
Hay un hilo...”
He escrito mi vergüenza,
Mi amor,
Ese hilo...
Duda.
He atado con él las sandalias
De tu hermosura.
“Y declamas...”
Desnuda,
Te he visto desnuda,
Esas sandalias,
El hilo de lágrima y oro.
Colapso.
¡Cuántas injusticias,
cuánta batalla
en ese hilo!
Desbandada.
¿De lágrima y oro?
Ya soy sereno,
Ya en mí soy,
Yo, no tú,
Poder que no es poder,
Libertad.
“Mediocre.”
Sí.
Pero tú no crees,
Alabanza,
En mi palabra,
Color negro,
Beso,
Hasta el fondo
amor.
Tus labios:
“Si, de nuevo amor,
despacio.”
Fuego,
Otra vez fuego.
No crees,
Alabanza,
Hermosa,
Hilo con el que até,
Sandalias de fuego,
Tus cabellos largos,
Hasta los pies llenos.
Decepción...
Tristeza.
Pero no crees,
Te crees diosa,
Diosa,
Y tu nombre
Ha generado tormentas
En los ojos
De los que vieron
Troya.
¿Por qué Troya?
Cualquiera vale para tu nombre,
Yo que te amo.
Troya es demasiado lejos
Para ti,
De lágrima y oro,
Barro de cieno vulgar y acero,
excelso.
Cieno.
Tú que provocaste todas las guerras,
Amánsame en tu recuerdo,
Falso,
Claro
Recuerdo.
Y di mi nombre.
“Por fin Amor.”
Eduardo Martínez-Rico, 2010
De mi libro "El paraíso está en la tierra".
jueves, 4 de noviembre de 2010
A todas las mujeres

A todas las mujeres que aman, que han amado, que quieren amar, que amarán
Roto por ti está el mar, fin de noche, vuelta de espuma, flor de otoño, amor mío de bienaventurado deseo, rosaleda de noche, floto en ti como tú flotas en mí, amor mío, reflejo del crepúsculo, naranja, oscuro, marrón, Rosa sin ti, barco que mueve miasma, querida, fuego, sinsentido, volcán que me atrae, Rosaleda, mi vida, mi dios.
Eduardo Martínez-Rico, 2010
martes, 2 de noviembre de 2010
No hay más camino para verte

No hay más camino para verte que el de amarte. Cuando te escapas fluyes, cuando fluyes te encuentro. Bienaventurada, bienamada, bienhallada la heraldo que te trajo a mi lecho. Canto y bailo por tu amor, bebo por tu olvido, escribo y te recuerdo. Tus cabellos son la brisa que amaneció en mi pecho. Tus ojos no me miran, porque miran a un espejo. Te veo y te deseo, pero también te olvido, fruto de mi huerto. Cuando pasas a mi lecho sabes que te amo. Cuando pestañeo ante tu figura de metal, claveles, sabes que te amo. Pero amo a muchas. Tengo el corazón tan roto que mis pedazos andan repartidos en estrellas, de tus labios, estrellas. Amada es la que es amada, amante es la que ama. Amada y amante, cuando te beso sé que por fin me tengo entero: toda tú, toda yo, nosotros. Todo.
Eduardo Martínez-Rico, 2010
Foto E.M.R.
jueves, 28 de octubre de 2010
Aunque me mates

Oscuros, hombres,
buscan mujeres,
rubias, orondas,
delgadas y bajas y altas.
De hielo van hombres
luchando por tierras
hincando espadas,
soledad del campo…
Espuma, fresa leyenda,
labio de reyerta,
lloras rincones todos.
Eh, amor, aquí
me tienes, flecha
en la brecha,
nube de polvo,
oh, emperador,
para ti.
Aunque luego me mates.
Eduardo Martínez-Rico 2010
Foto de E.M.R.
martes, 26 de octubre de 2010
AMA DE CASA
Trabajo no remunerado
por la sociedad,
desde que te levantas
sin parar de trabajar.
Los hijos absorben
todo tu tiempo ;
en el instante de nacer,
lo primordial : higiene y alimento.
Las labores domésticas
gracias a la tecnología
realizas más fácilmente
durante todo el día.
Cuando crecen los retoños
te provocan el desvelo,
no puedes dormir
pensando en tus polluelos.
En todo momento
pendiente de ellos,
¿ dónde se hallarán ?,
¿ qué estarán haciendo ?
Mª LUISA CALVO MARTÍN
por la sociedad,
desde que te levantas
sin parar de trabajar.
Los hijos absorben
todo tu tiempo ;
en el instante de nacer,
lo primordial : higiene y alimento.
Las labores domésticas
gracias a la tecnología
realizas más fácilmente
durante todo el día.
Cuando crecen los retoños
te provocan el desvelo,
no puedes dormir
pensando en tus polluelos.
En todo momento
pendiente de ellos,
¿ dónde se hallarán ?,
¿ qué estarán haciendo ?
Mª LUISA CALVO MARTÍN
lunes, 25 de octubre de 2010
NO HAY PIEDAD PARA TI

No hay piedad para ti, en ti, que vives en palacios y asolas campos llenos de flores, boomerang de las noches, loca de los retiros, vientre acosador del mal y sus destellos. No hay piedad para ti, en ti, piel de leona leonada, fruto salvaje que mi paladar probó, levísimo puñal con que hieres, quieres, pero no hieres. Yo conjuro a la noche, al océano, sus sirenas, algas y amapolas, a que no podrás conmigo. Mi novia se llama Sabiduría, y poderosa es por cierto, tallada en piedra viva, fuerte amante, inasequible al aburrimiento. Ahí te quedas, fiera, mujer, que otros te coman, mareados de aguantarte, que yo tengo pluma, lápiz, papel y libro con que llenar mi corona, imaginación, mente… Mi corona es mi cerebro, mi cuerpo, todo mi ser, y tú sólo consigues que funcione mejor. Nunca mi espada te clavará la vaina. No tendrás esa suerte, esclava del mal y de tu nombre.
Publicado en el blog "Los días de Ícaro".
Eduardo Martínez Rico, 2010
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