
No hay más camino para verte que el de amarte. Cuando te escapas fluyes, cuando fluyes te encuentro. Bienaventurada, bienamada, bienhallada la heraldo que te trajo a mi lecho. Canto y bailo por tu amor, bebo por tu olvido, escribo y te recuerdo. Tus cabellos son la brisa que amaneció en mi pecho. Tus ojos no me miran, porque miran a un espejo. Te veo y te deseo, pero también te olvido, fruto de mi huerto. Cuando pasas a mi lecho sabes que te amo. Cuando pestañeo ante tu figura de metal, claveles, sabes que te amo. Pero amo a muchas. Tengo el corazón tan roto que mis pedazos andan repartidos en estrellas, de tus labios, estrellas. Amada es la que es amada, amante es la que ama. Amada y amante, cuando te beso sé que por fin me tengo entero: toda tú, toda yo, nosotros. Todo.
Eduardo Martínez-Rico, 2010
Foto E.M.R.
No hay comentarios:
Publicar un comentario