Soy más de andar, que de
volar.
Soy más de mochila, que de maleta.
Soy más de caminos y senderos, que de autopistas y cruceros.
Soy más de bocata vegetal, que de chuletón de un pobre
animal.
Soy más de ferretería local, que de
chino “gran chollo bazar”.
Soy más de
recoger tapones, que de
tirar botellas a montones.
Soy más de
compost verdadero, que de basura al vertedero.
Soy más de
energía solar, que de buen carbón natural.
Soy más de agua y vinagre, que de productos milagro para limpiar.
Soy más de que seque el viento lento, que de secadora atronadora.
Soy más de ensuciar poco, que de limpiar mucho.
Soy más de
agua normal, que de botella mineral.
Soy más de andar en la oscuridad, que de
luz despilfarrar.
Soy más de barrio con gente, que de chalet independiente.
Soy más de oler las flores, que de
envenenar con ambientadores.
Soy más de
jabones caseros, que de detergentes de lejanos derroteros.
Soy más de
ropa vieja y usada, que de estrenar sin pensar.
Soy más de mi moda modesta, que de enriquecer a los modistas.
Soy más de abrigarme el corazón, que de encender la calefacción.
Soy más de zapatos viejos y acomodados, que de lo nuevo descarado.
Soy más de reciclar, reparar y donar, que de desechar, tirar y tirar.
Soy más de envases grandes para muchos, que de individuales para uno.
Soy más de juguetes para la imaginación, que con pilas y contaminación.
Soy más de ventilador, abanico, ducha o ventana, que de aire acondicionado.
Soy más de dialogar en persona, que de chatear o telefonear.
Soy más de ir a ver, que de pensar que ir
paqué.
Soy más de apoyar a las ONG, que de quejarme por
nosequé.
Soy más de querer ser natural, que aparentar lo antinatural.
Soy más de quejarme para cambiar, que de olvidarme de actuar.
Soy más de enfadarme conmigo, que de culpar a los demás.
Soy más de poesías con entrañas, que de rimas y métricas vacías.
Soy más de tomarme mi tiempo, que de correr para no llegar.
Soy más de saber que hay que improvisar, que de querer todo controlar.
Soy más de plantearme retos, que de retar a los demás.
Soy más de tarjeta de débito en
banco ético, que de cualquiera de crédito.
Soy más de maravillarme ante los
árboles, que de ignorarlos al pasar.
Soy más de respetarme y respetar, que de imponer sin escuchar.
Soy más de dar, que de esperar recibir.
Soy más de pensar y fluir, que de férreas reglas seguir.
Soy más de disfrutar de la vida, que de preocuparme por vivir.
Pepe Galindo, profesor en la Universidad de Málaga (@blogsostenible, blog de ecología, política y activismo)