LA PRIMERA NANA
Ea, ea, mi Niño,
duerme mi Rey,
quiero velar tu sueño,
dador de la fe.
Ea, ea, descansa
en mis brazos,
no puedo creer
que ya estés a mi lado.
Te doy mi corazón,
pedacito de cielo,
para cubrir tiernamente
tu frágil cuerpo.
José ha preparado
este pequeño pesebre
cuajado de heno
mientras cae la nieve.
Ea, ea, cierra los ojos,
vuelve a dormir
en esta noche gozosa,
lindo querubín.
Mª LUISA CALVO MARTÍN
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