En este mundo hay siempre algo que cambiar.
Algunos dicen que ahora está aún peor.
Sabemos lo que hacer y eso es lo mejor.
Usemos el optimismo a la hora de observar
Es hora de cambiar nuestra forma de mirar.
Sabemos que lo vamos a conseguir.
Paramos de llorar, pongámonos a reír.
Reír y sonreír nos hace a todos mejorar.
Con paciencia o sin ella todo va a cambiar.
Es la era de morir o todo transformar.
Tenemos la energía y la fuerza del viento.
¿Podrá una poesía cambiar lo que hay que cambiar?
¿Podrá un soneto enseñar a amar como hay que amar?
Creo que sí, y al menos eso intento.
Pepe Galindo, profesor en la Universidad de Málaga (@blogsostenible, blog de ecología, política y activismo)
Punto de encuentro de los Profesores Poetas que colaboran habitualmente en el "Cuaderno de Profesores Poetas" editado por el IES "Fco Giner de los Ríos" de Segovia en España.
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viernes, 6 de julio de 2018
«Soy más de…» (Preferencias con Consciencia)
Soy más de andar, que de volar.
Soy más de mochila, que de maleta.
Soy más de caminos y senderos, que de autopistas y cruceros.
Soy más de bocata vegetal, que de chuletón de un pobre animal.
Soy más de ferretería local, que de chino “gran chollo bazar”.
Soy más de recoger tapones, que de tirar botellas a montones.
Soy más de compost verdadero, que de basura al vertedero.
Soy más de energía solar, que de buen carbón natural.
Soy más de agua y vinagre, que de productos milagro para limpiar.
Soy más de que seque el viento lento, que de secadora atronadora.
Soy más de ensuciar poco, que de limpiar mucho.
Soy más de agua normal, que de botella mineral.
Soy más de andar en la oscuridad, que de luz despilfarrar.
Soy más de barrio con gente, que de chalet independiente.
Soy más de oler las flores, que de envenenar con ambientadores.
Soy más de jabones caseros, que de detergentes de lejanos derroteros.
Soy más de ropa vieja y usada, que de estrenar sin pensar.
Soy más de mi moda modesta, que de enriquecer a los modistas.
Soy más de abrigarme el corazón, que de encender la calefacción.
Soy más de zapatos viejos y acomodados, que de lo nuevo descarado.
Soy más de reciclar, reparar y donar, que de desechar, tirar y tirar.
Soy más de envases grandes para muchos, que de individuales para uno.
Soy más de juguetes para la imaginación, que con pilas y contaminación.
Soy más de ventilador, abanico, ducha o ventana, que de aire acondicionado.
Soy más de dialogar en persona, que de chatear o telefonear.
Soy más de ir a ver, que de pensar que ir paqué.
Soy más de apoyar a las ONG, que de quejarme por nosequé.
Soy más de querer ser natural, que aparentar lo antinatural.
Soy más de quejarme para cambiar, que de olvidarme de actuar.
Soy más de enfadarme conmigo, que de culpar a los demás.
Soy más de poesías con entrañas, que de rimas y métricas vacías.
Soy más de tomarme mi tiempo, que de correr para no llegar.
Soy más de saber que hay que improvisar, que de querer todo controlar.
Soy más de plantearme retos, que de retar a los demás.
Soy más de tarjeta de débito en banco ético, que de cualquiera de crédito.
Soy más de maravillarme ante los árboles, que de ignorarlos al pasar.
Soy más de respetarme y respetar, que de imponer sin escuchar.
Soy más de dar, que de esperar recibir.
Soy más de pensar y fluir, que de férreas reglas seguir.
Soy más de disfrutar de la vida, que de preocuparme por vivir.
Pepe Galindo, profesor en la Universidad de Málaga (@blogsostenible, blog de ecología, política y activismo)
Soy más de mochila, que de maleta.
Soy más de caminos y senderos, que de autopistas y cruceros.
Soy más de bocata vegetal, que de chuletón de un pobre animal.
Soy más de ferretería local, que de chino “gran chollo bazar”.
Soy más de recoger tapones, que de tirar botellas a montones.
Soy más de compost verdadero, que de basura al vertedero.
Soy más de energía solar, que de buen carbón natural.
Soy más de agua y vinagre, que de productos milagro para limpiar.
Soy más de que seque el viento lento, que de secadora atronadora.
Soy más de ensuciar poco, que de limpiar mucho.
Soy más de agua normal, que de botella mineral.
Soy más de andar en la oscuridad, que de luz despilfarrar.
Soy más de barrio con gente, que de chalet independiente.
Soy más de oler las flores, que de envenenar con ambientadores.
Soy más de jabones caseros, que de detergentes de lejanos derroteros.
Soy más de ropa vieja y usada, que de estrenar sin pensar.
Soy más de mi moda modesta, que de enriquecer a los modistas.
Soy más de abrigarme el corazón, que de encender la calefacción.
Soy más de zapatos viejos y acomodados, que de lo nuevo descarado.
Soy más de reciclar, reparar y donar, que de desechar, tirar y tirar.
Soy más de envases grandes para muchos, que de individuales para uno.
Soy más de juguetes para la imaginación, que con pilas y contaminación.
Soy más de ventilador, abanico, ducha o ventana, que de aire acondicionado.
Soy más de dialogar en persona, que de chatear o telefonear.
Soy más de ir a ver, que de pensar que ir paqué.
Soy más de apoyar a las ONG, que de quejarme por nosequé.
Soy más de querer ser natural, que aparentar lo antinatural.
Soy más de quejarme para cambiar, que de olvidarme de actuar.
Soy más de enfadarme conmigo, que de culpar a los demás.
Soy más de poesías con entrañas, que de rimas y métricas vacías.
Soy más de tomarme mi tiempo, que de correr para no llegar.
Soy más de saber que hay que improvisar, que de querer todo controlar.
Soy más de plantearme retos, que de retar a los demás.
Soy más de tarjeta de débito en banco ético, que de cualquiera de crédito.
Soy más de maravillarme ante los árboles, que de ignorarlos al pasar.
Soy más de respetarme y respetar, que de imponer sin escuchar.
Soy más de dar, que de esperar recibir.
Soy más de pensar y fluir, que de férreas reglas seguir.
Soy más de disfrutar de la vida, que de preocuparme por vivir.
Pepe Galindo, profesor en la Universidad de Málaga (@blogsostenible, blog de ecología, política y activismo)
ACTUAR MEEENOS Y REFLEXIONAR MÁÁÁS
Algunos piensan que ser ecologista es cosa de actuar,
de reciclar, de recoger agua de lluvia y de compostar.
Pero en serio, el ecologismo serio es más de pensar,
es mucho más de reflexionar y algo menos de actuar.
Para no viajar en avión, más que actuar hay que pasar.
Para no viajar en coche más que actuar hay que pensar.
Para ser vegano o vegetariano, claro que sí hay que actuar,
pero también para comer animales tras ellos agonizar.
Para no aumentar la población, puedes actuar o no.
Comprar menos cosas requiere menos acción, ¿o no?
Para pagar por energía renovable sí debes actuar,
pero te cambias de empresa una vez y no actúas más.
Y esas son las cosas para el planeta más importantes,
mucho más que reciclar o apagar luces aberrantes.
Sé lo que estás pensando y sé que sabes que tienes razón:
todo cuenta y todo vale, y más si se hace de corazón.
Está bien que te obsesione el reciclar y las renovables,
pero si no te obsesiona el reducir, de forma admirable,
te falta pensar más, mientras actúas a tu modo, siempre loable.
Todos tenemos mucho que mejorar… y reflexionar,
para una sociedad sostenible y sensata… lograr.
Pepe Galindo (@blogsostenible, blog de ecología, política y activismo)
domingo, 1 de julio de 2018
ASOMADA AL BALCÓN DE MI PECHO
ASOMADA AL BALCÓN DE MI PECHO
Asomada al balcón de mi pecho
he visto brotar la blanca flor del almendro,
como un arrebol de nacaradas espumas,
y he imaginado el amor golpeando mi ventana.
Tal vez todo pueda renacer de nuevo.
Quizá el sol quiera brillar para mí
y haga germinar mi alma, como pradera florida
en el fondo de mi ser.
Y vendrán otra vez la golondrinas,
como estrellas anhelantes, a posarse
en las manos dadivosas del amor.
Y volverán los veleros
a navegar esos piélagos,
cuajados de blanca espuma
que hacen florecer corales
dentro de mi corazón.
Tañerán las campanas de la aurora
como antorchas encendidas en mi pecho
al son de una amanecida de primavera,
festejando el caudal de mariposas y de flores
que desborda el río de la ilusión de mi alma.
ENCARNA GÓMEZ VALENZUELA
trabajosdeencarna.blogspot.com
Encarna Gomez Valenzuela Pegalajar, Jaén, Spain Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma.
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